No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí misma. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo misma, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario