Y es que cada vez que le ve, que le habla, que oye su nombre, le entran esas cosquillas en el estómago. Y cada vez que se separa de ella siente que se corta el aire, y se acelera su respiración. Y solo con él siente que toca el cielo, siente que vuela.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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