miércoles, 23 de marzo de 2011

Al alba, cuando el sol salía por el horizonte y empezaba a calentar era bonito. Soltaban las velas y se deslizaban hacia el puerto. Los barcos se juntaban y los hombres se contaban como había ido la noche, se felicitaban o bien se lamentaban de que algún pez grande hubiera roto una red o el mar la hubiera desplazado...





En ese momento LOS chicos se sienten parte de algo importante; se sienten MAYORES, y eran tratados como tal. Modos bruscos, voces gruesas y el lenguaje del puerto. Cosas que una SEÑORITA no puede repetir.


El puerto al alba no era lugar para niños ni cobardicas, y por eso era pre-cio-so. Habia que ser hábiles, espabilados, y venga, a sacudirse la pereza...

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